Yugoslavia, el polvorín de Europa



La caída del Muro de Berlín en 1989 no puso fin de los conflictos en la vieja y machacada Europa de la noche a la mañana, todavía quedaban frentes y heridas abiertas que tardarían en sanar. No obstante, Europa debería ver de nuevo cómo se volvía a producir un sangriento conflicto que avergonzaría a todo el continente por su brutalidad y desprecio por la vida humana. La Guerra de Yugoslavia (1991-1999) devolvió al continente imágenes que parecían haber sido guardadas en el oscuro cajón del genocidio nazi. Es este territorio, Yugoslavia, el objeto de estudio de este ensayo, que pretende buscar en el pasado las causas que alimentaron la fragmentación y confrontación bélica de la unión de los pueblos balcánicos. 

El conflicto que a día de hoy perdura en la memoria colectiva de los habitantes de las antiguas repúblicas sigue candente, basta con echar un ojo a la prensa deportiva que con el paso del tiempo se ha convirtiendo en un termómetro social que mide la tensión de cada nación. Uno de estos eventos deportivos hizo saltar todas las alarmas el 13 de mayo de 1990 en Zagreb, un partido de fútbol entre el Estrella Roja y Dínamo de Zagreb. En este encuentro calificado de máximo riesgo al enfrentar a los equipos de las dos grandes ciudades yugoslavas supuso la ruptura total de la hermandad y unidad, el lema de la Yugoslavia de Tito. Una verdadera batalla campal que se saldó con más de cien heridos y que daría pie meses más tarde al estallido de la verdadera guerra civil armada. La importancia de esta batalla deportiva no es menor, en la entrada norte del Maksimir Stadium de Zagreb hay un relieve en bronce que recuerda esa trifulca que es completada con una sentencia bien clara: “Para los seguidores del equipo, que comenzaron la guerra con Serbia en este estadio el 13 de mayo de 1990”.

Tras los horrendos y sangrientos hechos me asalta una pregunta que lleva atormentando la mente de los historiadores durante siglos, ¿por qué? ¿Qué hizo que se produjera semejante guerra y avergonzara a toda Europa? ¿Qué falló en el sistema comunista de Tito para que se viniera abajo apenas unos años después de su muerte? A la hora de estudiar la República de Yugoslavia hay que dejar a un lado los prejuicios que tienden a poner a Serbia como la única culpable del enfrentamiento bélico. Con este ensayo se busca dar respuesta a estas cuestiones y aportar un granito de arena en la investigación acerca de un interesantísimo lugar como es la península balcánica, en su inmensidad y multiculturalidad. Un lugar que puso en evidencia a Europa puesto que muestra la persistencia del problema de la pluralidad y la variedad demográfica, lo que significa reconocer la existencia de diferencias étnicas y lingüísticas. 




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