«En el camino»: análisis histórico y crítico


Los hijos de la Gran Depresión y actores principales de la II Guerra Mundial la cual conmocionó al mundo, vagan sin más pretexto que su propia juventud a lo largo y ancho del enorme país que conforma Estados Unidos. De esta forma plantea el autor Jack Kerouac una novela que bien podríamos calificar como autobiográfica ambientada en la más inmediata posguerra y que nos traslada a una época que será la base para comprender todos los cambios culturales y sociales que van a producirse en las próximas décadas en Estados Unidos.

«En el camino» es el grito de desesperación de una generación que ha perdido su inocencia entre fusiles y su infancia en el arroyo. Lejos de la visión oficial que el gobierno de Truman difundía para el mundo, en el que Estados Unidos era el claro vencedor, no sólo bélico sino humano y económico, esta novela permite que apreciemos todo lo contrario. Pobreza, escasez, pesimismo, degeneración. Sobran calificativos para la obra culmen del escritor de Massachusetts sobre la que se hablará brevemente en este escrito. 

Jack Kerouac (1922-1969) vivió como escribió, sin interrupciones, con avidez y representando el ideal de vida bohemia americana. Su prosa espontánea, como así la han definido los estudiosos, le valió el reconocimiento en vida unas alabanzas que perduran hasta nuestros días. A lo largo de su fugaz carrera literaria, el escritor católico, hecho importante para comprender su obra, escribió: “El mar es mi hermano” (1942), "El Pueblo y la Ciudad" (1950), “Los vagabundos del Dharma” (1958) y "Vanidad de Duluoz" (1967). La novela en sí ha tenido múltiples interpretaciones y se han derramado ríos de tinta para intentar desentrañar qué intentaba expresar Kerouac con su novela más importante “En el camino”. Muchos analistas han considerado que la obra se trata de un cuento con dos protagonistas en busca de golpes y aventuras. Ese resumen aceptado por la crítica mayoritaria cuando la obra vio la luz fue más tarde desechada cuando el propio autor la definió de la siguiente manera: “fue, realmente, una historia sobre dos amigos católicos que vagan por el país en busca de Dios. Y lo encuentran. Lo encontré en el cielo, en Market Street San Francisco y Dean (Neal) tenía sudor de Dios en la frente hasta el final.”  [1] Esta idea que Kerouac expresa se pone de manifiesto cuando se producen escenas en ámbitos de jazz. Los protagonistas hablan constantemente del “lo” y de encontrarlo, se trata de una virtud extrasensorial que un saxofonista o un pianista pueden tener y que expresan a través de su música. Un ejemplo claro es el siguiente:

“Era una música estrepitosa y el tenor lo tenía ya y todo el mundo sabía que “lo” había cogido. Dean metía la cabeza entre la multitud, una multitud enloquecida. Todos pedían al tenor que siguiera así y le ayudaban con sus gritos y sus ojos soltando chispas, y el del saxo se agachaba y se estiraba con su instrumento, lanzando un limpio grito por encima del furor” [2]

Su vida llegó a su último capítulo como si de uno de los personajes de sus novelas se tratara. Arrastrado por el abuso de alcohol y sustancias estupefacientes sufrió una hemorragia interna causada por la cirrosis que arrastraba. Una metafórica muerte que engrosó la lista de prematuras muertes de escritores americanos de mediados del siglo pasado como Hemingway o Capote.

A la hora de abordar la cuestión que se planteaba para la resolución de este breve ensayo elegí esta obra, además de por su interesante argumento, por la gran cantidad de matices que pueden tenerse en cuenta como el reflejo de la sociedad del momento. La literatura no ha de despreciarse como una fuente histórica más puesto que a pesar de ser ficción plasma la ideología de la época, con sus construcciones sociales, normas de conducta, etc. La novela de Kerouac puede tomarse como fuente histórica por el contenido que alberga, manteniendo la cautela que debe la literatura, pero también hay que atender a la influencia que ella tendrá en la sociedad americana, sobre la que hablaremos más adelante.

Regresando a la novela como tal, «En el camino» es la historia de Sal Paradise (Jack Kerouac) y sus viajes por todo Estados Unidos, junto a él su grupo de amigos como Dean Moriarty (Neal Cassady), Carlo Marx (Allen Ginsberg) u Old Bull Lee (William Burroughs) entre otros. Volviendo a la idea que planteaba al inicio acerca de que esta es una novela autobiográfica narrada por su protagonista, se pone de manifiesto al conocer a los principales personajes que no son más que otros grandes escritores e intelectuales que compartieron vivencias con el propio Kerouac. Esta obra ha sido incluida dentro de la denominada Generación Beat, un movimiento cultural surgido en los años cincuenta en Estados Unidos que bien podría considerarse como una vanguardia literaria y nace como rechazo al estilo impuesto del momento. La Generación Beat en la que destacaron Ginsberg, Cassady o Lucien Carr nos permite conocer de primera mano la vida de la clase media de los años cincuenta, donde toda una generación clamaba por la libertad individual libre de prejuicios. El apelativo de beat fue atribuido gracias a un elemento que tiene una gran importancia en todas las obras de estos autores y que gana especial relevancia en la obra de Kerouac que nos compete, ese elemento no es otro que el jazz. Los años cincuenta son los años en el que el jazz empieza a alcanzar su edad de oro y a proliferar más allá de los barrios donde los afroamericanos eran mayoría. El beat es un estilo dentro del jazz que se caracteriza por la improvisación, el ritmo alto y que no sigue un orden establecido donde destacaron figuras de la talla del legendario Charlie Parker, John Coltrane o Dizzy Gillespie. Todas estas características definen a la perfección a ‘En el camino’, una novela con una narración muy veloz y vistosa que se aplica a personajes como Dean Moriarty. 

Más allá del jazz como nexo de unión de la Generación y narrativo, lo que relata Kerouac en su novela son sus experiencias que nos permiten conocer a la América profunda de finales de los años cuarenta, unas experiencias marcadas por dos elementos sustanciales: las drogas y el sexo. A través de ambos puntos apreciamos las pulsiones y necesidades de los hombres y mujeres de ese mundo. La juventud que nos trae Kerouac no conforma una minoría alejada de la realidad y que vive apartada, nada más lejos de la realidad, es una juventud que vive oprimida por un sistema de valores anticuado para los cambios sociales que se vaticinan en los años venideros. La aparición de un componente considerado como tabú por la sociedad como son las sustancias estupefacientes sirve como vía de escape para un grupo en plena efervescencia que pide hacerse espacio ante una comunidad que les trata como apestados, vagos y maleantes. La obra en el momento de su publicación causó mucho revuelo por los temas que allí aparecían y cómo eran tratados en una sociedad que imponía unos valores calificados como “puritanos” y contrarios a cualquier manifestación de la sexualidad y las drogas. A lo largo de la historia vemos constantes encontronazos con la justicia, plasmada a través de la policía y los sheriffs que les detienen por su apariencia y comportamiento.

“(…) En definitiva, que el poli más siniestro puso una multa de veinticinco dólares a Dean. Les dijimos que sólo teníamos cuarenta para ir hasta el Oeste; dijeron que se la traía floja. Cuando Dean protestó, el más siniestro le amenazó con llevarle a Pennsylvania y formular una acusación concreta contra él. ¿Qué acusación? No te preocupes de eso. No te preocupes, listillo, eso es cosa nuestra.” [3]

¿Qué puede representar este fragmento? Sin lugar a dudas una sociedad llena de odio y prejuicios que demoniza en base a un sistema de valores. Durante finales de los años cuarenta empezaba a aparecer una generación que no compartía el sistema cultural establecido, «En el camino» nos ayuda a comprender los años previos a la revolución social que supuso el Rock & Roll y la rebeldía con figuras como James Dean. Esta novela es el preludio al estallido, en el que se pueden apreciar las causas y el sustento cultural que se precisaba para ese cambio: drogas, jazz y ansia de libertad.

A lo largo de la novela si prestamos atención a lo que se dice más allá de los diálogos podríamos establecer cómo era esa sociedad desde el punto de vista sociológico, reconstruirla a partir de la ideología dominante, no sólo de los personajes principales sino de todas las personas que confluyen en la obra. «En el camino» es una historia realista que crea un cuadro con múltiples matices que estudiar. Uno de ellos queda claro desde el principio: el machismo o patriarcado. Desde el primer momento todos y cada uno de los personajes se mueven más allá de sus propias intenciones recreativas por sus impulsos sexuales que hacen tratar a las mujeres que intervienen como simples objetos sexuales. Esta característica se toma especial relevancia en el personaje de Dean Moriarty que en repetidas ocasiones toma a una mujer para semanas o incluso días después abandonarla a su suerte tras haber realizado cualquier tipo de acto sexual. La denominada como cosificación junto a la búsqueda constante del reconocimiento social dentro de los círculos varones nos deja claro que la sociedad sobre la que Kerouac escribe es una sociedad machista y patriarcal. 

Este aspecto discriminatorio se magnifica en el colectivo homosexual que al igual que en las décadas siguientes tuvo una consideración social negativa, llegando a ser considerado como un argumento para la discriminación dentro del colectivo. Dentro de esta historia encontramos innumerables referencias hacia las personas homosexuales que son tratadas de forma vejatoria en las conversaciones con apelativos archiconocidos como “marica”.

“Entretanto comencé a ir a Frisco más a menudo; probé todo lo que dicen los libros que hay que hacer para ligar a una chavala. Hasta pasé una noche entera con una en el banco de un parque sin éxito. Era una rubia de Minnesota. Había muchísimos maricas. Fui varias veces a Frisco con la pistola y cuando en el retrete de un bar se me acercaba un marica sacaba la pistola y decía:-¿Cómo? ¿Qué estás diciendo? —y el tipo salía disparado.Nunca entendí por qué hacía eso; conozco a maricas de todo el país. Debía tratarse de la soledad de San Francisco y del hecho de que tenía una pistola.” [4]

La sociedad que el escritor de Massachusetts plasma en su obra culmen es un pueblo que se encuentra en una etapa de transición como se ha ido perfilando a lo largo de los últimos párrafos. Un país que está sacando la cabeza tras dos décadas muy convulsas en la cual han sufrido la caída económica del país, su recuperación y la tragedia de la II Guerra Mundial. Este territorio que Sal Paradise recorre, ya sea a pie, haciendo autostop o en un vagón de tren, es un mundo muy polarizado, donde las clases sociales siguen muy vigentes y que dará paso al interclasismo y crecimiento industrial propio de los años posteriores a la Guerra. El ascenso social parece una utopía, las diferencias entre gente adinerada y gente con pocos recursos son abismales, este fantasma de pobreza y declive que no tuvo espacio en la propaganda americana de la época se pone de manifiesto en la novela. Es esa pobreza que siempre está presente en los personajes principales, lo que hace que desarrollen una personalidad picaresca para poder sobrevivir en un mundo duro y donde el darwinismo social es la tónica dominante. Come o te comerán.

«En el camino» no es una novela que pretenda realizar una protesta social, al menos de forma consciente, sino que traslada a través de la mirada del autor un país con todos los pequeños matices que permiten reconstruir la Norteamérica de mitad del siglo XX. La estructura social que se desarrolla y como ya se ha comentado, está muy polarizada y dividida en clases en las que todos y cada uno de los personajes conocen su lugar en el mundo más allá de reflexiones existenciales que en momentos puntuales pueden darse en los protagonistas.

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Así pues, por parte de figuras como Sal o Dean percibimos un cierto racismo, propio de la época, contra colectivos afroamericanos y sobretodo contra el colectivo hispano que es descrito en algunas ocasiones de forma idealizada pero con unos marcados prejuicios y clichés sociales.

La esencia de esta roadmovie reside tanto en su simpleza narrativa como en la historia lineal que Kerouac desarrolla. Como ocurrirá en muchas otras obras de esta época en la Nueva Literatura Americana, el desarrollo psicológico de los personajes no será muy trascendental, sin apreciar grandes cambios entre el Sal Paradise que inicia su viaje en New Jersey con el Sal Paradise que llega hasta Ciudad de México. Esta característica que se menciona se puede comprobar en otros autores coetáneos como Charles Bukowski o John Fante. La historia lineal de la novela no supone una soporífera lectura sino que te atrapa con la descripción del más mínimo detalle del entorno o la personalidad del personaje a tratar. 

A modo de conclusión de esta breve redacción que ha sido planteada como un análisis desde el punto de vista histórico de una novela, «En el camino»  hace que el lector se reencarne en personas de carne y hueso de 1947 que viven en un país que se caracteriza por una polarización económica y social donde el machismo, el darwinismo social, la libertad y las drogas son elementos muy presentes y tangibles. Esta historia cala al lector y bajo el punto de vista de este servidor, «En el camino» podría ser usada como fuente histórica para conocer el contexto histórico de posterior a la II Guerra Mundial, pero siempre con cautela y prudencia.

“Así, en esta América, cuando se pone el sol y me siento en el viejo y destrozado malecón contemplando los vastos, vastísimos cielos de Nueva Jersey y se mete en mi interior toda esa tierra descarnada que se recoge en una enorme ola precipitándose sobre la Costa Oeste, y todas esas carreteras que van hacia allí, y toda la gente que sueña en esa inmensidad, y sé que en Iowa ahora deben estar llorando los niños en la tierra donde se deja a los niños llorar, y esta noche saldrán las estrellas y la estrella de la tarde dedicará sus mejores destellos a la pradera justo antes de que sea totalmente de noche, esa noche que es una bendición para la tierra, que oscurece los ríos, se traga las cumbres y envuelve la orilla del final.” [5]



[1] http://www.culturewars.com/CultureWars/1999/kerouac.html
[2] KEROUAC Jack (1957): En el camino, Barcelona, Anagrama, página 254
[3] KEROUAC Jack (1957): En el camino, Barcelona, Anagrama, página 179.
[4] KEROUAC Jack (1957): En el camino, Barcelona, Anagrama, página 51
[5] KEROUAC Jack (1957): En el camino, Barcelona, Anagrama, página 396


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